Mientras que la aurora boreal ofrece una visualización de partículas cargadas del Sol que interactúan con el campo magnético de la Tierra, en realidad ser capaz de escuchar el campo magnético generado por la Tierra o su interacción con los vientos solares es otra cuestión.
Nuestro campo magnético es generado en gran parte por un océano de hierro líquido sobrecalentado y arremolinado que constituye el núcleo externo a unos 3000 km bajo nuestros pies. Actuando como un conductor giratorio en una dinamo de bicicleta, crea corrientes eléctricas, que a su vez, generan nuestro campo electromagnético en continuo cambio.
Lanzado en 2013, el trío de satélites Swarm de la ESA se está utilizando para comprender exactamente cómo se genera nuestro campo magnético midiendo con precisión las señales magnéticas que provienen no solo del núcleo de la Tierra, sino también del manto, la corteza y los océanos, así como de la ionosfera y la magnetosfera. Swarm también está llevando a nuevos conocimientos sobre el clima en el espacio.
El músico y colaborador del proyecto Klaus Nielsen, de la Universidad Técnica de Dinamarca, explica: «El equipo utilizó datos de los satélites Swarm de la ESA, así como otras fuentes, y utilizó estas señales magnéticas para manipular y controlar una representación sonora del campo central. El proyecto ha sido sin duda un ejercicio gratificante para unir el arte y la ciencia».
Puede sonar como el material de las pesadillas, pero, sorprendentemente, este clip de audio representa el campo magnético generado por el núcleo de la Tierra y una tormenta solar.
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