Paisajes arrasados por las llamas pueden convertirse en tan sólo unas décadas en bosques de encinas, pinos o castaños. Así lo afirma un equipo de investigadores que ha desarrollado un modelo matemático y cartográfico que permite visualizar la evolución de los paisajes mediterráneos considerando la influencia de los incendios forestales.
El estudio parte de un escenario original y predice la sucesión vegetal más probable según las variables introducidas, valorando parámetros como el grado de dispersión de las plantas, su distribución espacial y temporal y los recursos por los que compiten (sobre todo luz y agua).
Según los expertos, tras un fuego este tipo de ecosistemas evolucionan desde un pastizal a un matorral (con jaras, lavandas y genistas), después a un bosque de transición (con pinos, enebros y algunas encinas) y, finalmente, a un encinar, en el plazo de unos 100 años. Esta evolución puede modificarse dependiendo de diversos factores.
Los resultados señalan que en condiciones de aridez del terreno o ausencia de bellotas de encina, en 30 años una zona quemada puede llegar a ser un pinar. Por el contrario, si las condiciones hídricas y la naturaleza del suelo son favorables, el ecosistema podría evolucionar en menos tiempo hacia un bosque caducifolio, compuesto por castaños o robles melojos.
Esta investigación forma parte de un estudio más amplio sobre los cambios en la ocupación del suelo en áreas rurales, y se integrará con otros modelos para ayudar en la toma de decisiones sobre el uso de estos territorios.
Para realizar el estudio, los autores han analizado una Zona de Especial Protección para las Aves del sudoeste de Madrid, que se extiende por los encinares de los ríos Alberche y Cofio. «Hemos desarrollado un modelo para representar mediante mapas cómo se van sucediendo los distintos tipos de vegetación en un paisaje mediterráneo, incluyendo los incendios como elemento implícito en la dinámica de la vegetación mediterránea», explica Raúl Romero, investigador de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y coautor del trabajo que se ha publicado en la revista Enviromental Modelling & Software.
«La intensidad y el número de incendios afectan directamente sobre la evolución y tipo de cubierta vegetal», indica Romero, que recuerda la gran influencia del hombre respecto a este y otros factores que afectan a las zonas mediterráneas.
SINC