La península ibérica y el sur de Europa se despoblaron al menos una vez en el Pleistoceno temprano y habrían sido recolonizados 200.000 años después por humanos más resistentes. Un equipo internacional ha reconstruido las condiciones de un testigo sedimentario marino de las costas de Portugal, que ha revelado cambios climáticos abruptos.
Los restos de homínidos más antiguos que se conocen en Europa proceden de la península ibérica y sugieren que los primeros seres humanos arcaicos llegaron del suroeste de Asia hace 1,4 millones de años.
El clima en esta época del Pleistoceno temprano se caracterizaba por periodos interglaciares cálidos y húmedos y periodos glaciares suaves, por lo que durante mucho tiempo se ha supuesto que, una vez llegados los humanos, fueron capaces de sobrevivir en el sur de Europa a través de múltiples ciclos climáticos y adaptarse a unas condiciones cada vez más frías de los últimos 900.000 años.
Sin embargo, un estudio realizado por un equipo internacional, dirigido por investigadores del University College London (UCL), el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) y el Centro IBS de Física del Clima de Corea del Sur publicado en la revista Science ha descubierto la aparición de condiciones glaciares extremas desconocidas hasta ahora hace alrededor de 1,12 millones de años. «Esto desafía la idea de una ocupación humana temprana y permanente de Europa», afirma el profesor de la UCL Chronis Tzedakis.
Un equipo de paleoclimatólogos de la UCL, la Universidad de Cambridge y el IDAEA-CSIC reconstruyó las condiciones de un testigo sedimentario marino muestreado frente a las costas de Portugal, que ha mostrado la presencia de cambios climáticos abruptos que culminaron en un enfriamiento glaciar extremo hace 1,12 millones de años.
«Para nuestra sorpresa, descubrimos que el enfriamiento fue comparable a los acontecimientos más extremos de las glaciaciones recientes», afirma el profesor Joan Grimalt, investigador del CSIC en el IDAEA. Esto habría sometido a las pequeñas bandas de cazadores-recolectores a un estrés considerable, «sobre todo porque los primeros humanos podrían haber carecido de adaptaciones como el aislamiento suficiente de grasa y también de ropa eficaz, refugios o conocimientos para hacer fuego», según la investigadora Vasiliki Margari.
Una península ibérica despoblada
Para evaluar el impacto del clima en las primeras poblaciones humanas, los investigadores del Centro de Física del Clima del IBS desarrollaron un modelo de adecuación del hábitat que relaciona los datos climáticos con las pruebas fósiles y arqueológicas de ocupación humana en el suroeste de Eurasia recopiladas por investigadores del Museo de Historia Natural de Londres y del Museo Británico.
«Los resultados mostraron que el clima en torno al Mediterráneo se alejó mucho de las condiciones preferidas por los primeros humanos durante el máximo glacial frío», según el profesor del IBS Axel Timmermann.
En conjunto, los datos y los resultados del modelo sugieren que la península ibérica, y más en general el sur de Europa, se despobló al menos una vez en el Pleistoceno temprano. La aparente ausencia de herramientas de piedra y restos humanos durante los 200.000 años siguientes plantea la intrigante posibilidad de un paréntesis de larga duración en la ocupación europea.
«Si esto es cierto», afirma el coautor, el profesor Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres, «Europa pudo haber sido recolonizada hace unos 900.000 años por seres humanos más resistentes, con cambios evolutivos o de comportamiento que permitieron la supervivencia en la creciente intensidad de las condiciones glaciares del Pleistoceno Medio».
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