Las
erupciones solares son enormes explosiones de energía que se liberan del sol.
Solo se necesitan unos minutos para que estas intensas ráfagas de radiación
alcancen millones de grados, y sus efectos pueden ser devastadores, causando
apagones e interfiriendo con los satélites.
Las
erupciones solares son esencialmente explosiones gigantes en la superficie del
sol, y la cantidad de energía que liberan equivale a millones de bombas
nucleares que detonan simultáneamente.
Las
erupciones solares ocurren en diferentes momentos dependiendo de la etapa del
ciclo solar (un calendario de 11 años de actividad del Sol). Esos períodos de
actividad se conocen como clima solar, y aunque sus cambios se han observado
durante cientos de años, muchos de sus procesos y efectos siguen siendo en gran
parte misteriosos.
Las
erupciones solares se producen cuando las líneas del campo magnético de las
manchas solares, las regiones más oscuras y frías del sol, se enredan y hacen
erupción. A pesar de ser la parte más fría del sol, todavía pueden ser
extremadamente calientes y alcanzar temperaturas de 1,800 grados centígrados. La
energía magnética que se ha acumulado en la atmósfera solar se libera
repentinamente y se emite a través de todo el espectro electromagnético.
Las fuertes
erupciones solares pueden enviar enormes nubes de plasma al espacio. Esto se
conoce como eyección de masa coronal (CME), y cuando golpean la Tierra pueden
causar tormentas geomagnéticas y auroras intensas.
Las grandes
tormentas geomagnéticas causan cortes de energía y dañan los satélites de
comunicación. Las partículas de energía también pueden dañar los equipos
electrónicos y los astronautas o pasajeros en aviones de alto vuelo.
Los sistemas
de posicionamiento global y la red eléctrica son el mayor riesgo, ya que las
sobrecargas de energía pueden hacer estallar los transformadores. Reemplazarlos
puede llevar tiempo y dinero, y eso solo se agrava si muchos se destruyen a la
vez.
Una estudio
descubrió que estrellas similares al Sol pueden tener súper-fulguraciones. Si
estas tormentas nos pillan sin estar preparados, las consecuencias pueden ser
catastróficas. Dependemos de la electricidad para todo. Un fallo en el sistema
de suministro significaría que no tendríamos luz, ordenadores, comunicaciones,
agua corriente. Habría falta de suministros en los supermercados y la comida se
pudriría al no poder ser refrigerada. Es difícil predecir los daños totales que
uno de estos eventos causaría en nuestra sociedad, pero antes o después lo
sabremos, es tan solo cuestión de tiempo. ¡Hay películas sobre ello, puede
pasar, estamos avisados!.
Una erupción
solar detectada simultáneamente en la Tierra, la Luna y Marte enfatiza la
necesidad de preparar misiones de exploración humana para los peligros de la
radiación espacial.
Estas
mediciones simultáneas en diferentes mundos ayudan a mejorar nuestro
conocimiento del impacto de los estallidos solares y cómo el campo magnético y
la atmósfera de un planeta pueden ayudar a protegernos.
Durante
estos eventos, las partículas del Sol son lo suficientemente energéticas como
para pasar a través de la burbuja magnética que rodea la Tierra y nos protege
de estallidos solares menos energéticos.
Con la Luna
y Marte como el foco de la futura exploración humana, es extremadamente
importante comprender estos eventos solares y su impacto potencial en el cuerpo
humano. Los astronautas enfrentan el riesgo de enfermedad por radiación. Una
dosis de radiación superior a 700 miligray – la unidad para la absorción de la
radiación – puede inducir la enfermedad por radiación a través de la
destrucción de la médula ósea, lo que resulta en síntomas como infección y
hemorragia interna.
Homo Sapiens interesado por la Ciencia y la Tecnología