Científicos del Museo de Historia Natural (Reino Unido) y las universidades inglesas de Bristol, Leicester y Liverpool describen en la revista Journal of Vertebrate Paleontology los fósiles de un nuevo pterosaurio que forma parte del grupo o clado de los Darwinoptera. Se trata de un esqueleto parcial de un solo individuo, que incluye partes de los hombros, las alas, las patas y la columna vertebral del animal.
Su descubrimiento muestra que su clado era considerablemente más diverso de lo que se pensaba, y persistió durante más de 25 millones de años, desde finales del Jurásico Temprano hasta el Jurásico Tardío, junto con los avianos, los dinosaurios que finalmente evolucionaron hasta convertirse en las aves modernas. Durante este período, las diferentes especies se extendieron por todo el mundo.
Se ha descubierto que este grupo tiene formas denominadas de transición y que evolucionaron millones de años antes de lo que se creía
Liz Martin-Silverstone, Universidad de Bristol
“Esto hace que el modelo de la evolución temprana de los pterosaurios sea más complejo de lo que se pensaba. Se ha descubierto que este grupo tiene formas denominadas de transición y que evolucionaron durante millones de años. Esto implica que existieron formas transicionales, al mismo tiempo que otras anteriores más basales, así como las posteriores más avanzadas. Este grupo transicional sería un grupo hermano de los pterodactiloideos más avanzados”, apunta a SINC Liz Martin-Silverstone, coautora del estudio y paleobióloga de la Universidad de Bristol.
Primer plano de parte del esqueleto de Ceoptera evansae mostrando la región escapular, partes del ala y vertebras. / Trustees of Natural History Museum
Fósiles raros e incompletos
La rareza de los fósiles de pterosaurios del Jurásico Medio y su carácter incompleto ha obstaculizado previamente los intentos de comprender la evolución temprana de estos reptiles alados. En este caso, muchos de los huesos permanecen completamente incrustados en la roca y solo han podido estudiarse mediante tomografía computarizada.
“El principal problema es que los fósiles eran muy frágiles y la roca en la que estaban incrustados era extremadamente densa, por lo que resultaba muy difícil prepararla para poder ver mejor los restos. Por eso decidimos escanear los especímenes. Sin embargo, esto también causó problemas porque era tal la densidad que los rayos X tenían dificultades para penetrar a través de la roca. Fueron necesarias muchas horas de preparación física y digital para reconocerla y poder ver lo que había”, enfatiza la científica.
El principal problema es que los fósiles eran muy frágiles y la roca en la que estaban incrustados era extremadamente densa
Liz Martin-Silverstone
La han denominado Ceoptera evansae: Ceoptera de la palabra gaélica escocesa Cheò, que significa niebla (una referencia al nombre gaélico común de la isla de Skye o Isla de la niebla), y del latín ptera, que significa ala. Evansae honra a la profesora Susan E. Evans, por sus años de investigación anatómica y paleontológica, en particular en esta isla.
Paul Barrett, investigador emérito en el Museo de Historia Natural y autor principal del artículo, declara: «Ceoptera ayuda a reducir el tiempo de varios eventos importantes en la evolución de los reptiles voladores. Su aparición en el Jurásico Medio del Reino Unido fue una completa sorpresa, ya que la mayoría de sus parientes cercanos son de China. Esto demuestra que el grupo avanzado de reptiles voladores al que pertenece apareció antes de lo que pensábamos y rápidamente ganó una distribución casi mundial». Además de estos restos y los de China, existen otros dos fósiles hallados en Inglaterra (de un cráneo) y en Argentina.
Las aves persistieron, pero los pterosaurios no
La comunidad científica desconoce exactamente por qué los pterosaurios se extinguieron y las aves, que ya estaban vivas antes del final del Cretácico y convivían con ellos, no lo hicieron. Lo que sí se sabe, por estudios previos, es que los animales de gran tamaño lucharon al final del Cretácico, cuando se produjo el impacto del meteorito, y en ese momento vivían principalmente estos grandes reptiles.
«Debió de haber algo diferente en la fisiología de los dos tipos de animales voladores que hizo que mientras las aves pudieron sobrevivir al evento de extinción, los pterosaurios no», apunta Martin-Silverstone.
El período de tiempo del que proviene Ceoptera es uno de los más importantes de la evolución de los pterosaurios
Liz Martin-Silverstone
El Jurásico Medio es la época en la que los pterosaurios experimentan una transición de las formas anteriores de las especies de cola pequeña, como Rhamphorhynchus y Dimorphodon, a los de cola corta y cuerpo grande que dominaban los cielos, como Pteranodon y Quetzalcoatlus. Hasta ahora no se sabe cómo se produjo esta transición, por lo que cualquier espécimen de esta época ayuda a llenar ese vacío y a comprender la evolución de estos animales.
«El período de tiempo del que proviene Ceoptera es uno de los más importantes de la evolución de los pterosaurios, y también del que tenemos algunos de los especímenes más pequeños. Descubrir que había más huesos incrustados dentro de la roca, algunos de los cuales fueron fundamentales para identificar qué tipo es Ceoptera, hizo que este fuera un hallazgo aún mejor de lo que se pensaba inicialmente. Nos acerca un paso más a la comprensión de dónde y cuándo evolucionaron los pterosaurios más avanzados», concluye la científica de la Universidad de Bristol.
Referencia:
Barrett, Paul et al. “A new pterosaur from the Middle Jurassic of Skye, Scotland and the early diversification of flying reptiles”. Journal of Vertebrate Paleontology.
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