La relación entre aves y flores se remonta a 47 millones de años

senckenberg1

Científicos del Instituto de Investigación Senckenberg en Frankfurt, Alemania, han descrito el fósil más antiguo conocido de un pájaro de polinización, cuyo contenido del estómago bien conservado contenía polen de diversas plantas con flores. Esto indica que la relación entre las aves y las flores se remonta por lo menos a hace 47 millones de años.

El fósil, cuyas características se detallan en la revista científica ‘Biology Letters’, procede del yacimiento de fósiles conocido Messel Pit. Estos pájaros vuelan de flor en flor y con sus largos y esbeltos picos transfieren el polen necesario para la reproducción de las plantas. Sobre todo en las zonas tropicales y subtropicales, los pájaros y los insectos son los polinizadores más importantes.

«Si bien este proceso es bien conocido y comprendido en el presente, la historia geológica ha ofrecido muy poca evidencia de la polinización a través de las aves», afirma el doctor Gerald Mayr, jefe de la Sección de Ornitología en el Instituto de Investigación Senckenberg en Frankfurt. Y añade: «Ha habido insinuaciones ocasionales, como las formas características de los picos que las aves nectarívoras tuvieron en el pasado, pero, hasta ahora, no existía ninguna prueba concluyente».

Ahora, sin embargo, el ornitólogo de Frankfurt y su colega, el paleobotánico Volker Wilde, han encontrado esta evidencia. En el contenido del estómago bien conservado de un ave fósil desenterrado en Messel Pit, los científicos hallaron granos de polen fosilizados.

«Este es otro descubrimiento que pone de relieve la importancia única del yacimiento de fósiles de Messel –celebra Wilde–. No sólo la presencia de polen ofrece evidencia directa de los hábitos de alimentación de las aves sino que muestra que los pájaros ya visitaban las flores hace 47 millones años».

La evidencia fósil de la existencia de los insectos polinizadores se remonta al periodo Cretácico. Sin embargo, hasta ahora no ha habido información de en qué momento llegó a existir la polinización a través de los vertebrados y las aves. La evidencia más antigua hasta la fecha de un polinizador aviar llegó hasta principios del Oligoceno, hace unos 30 millones de años.

«Pero este colibrí fósil sólo ofrece una prueba indirecta de la existencia de aves nectarívoras –concreta Mayr–. Gracias al excelente estado de conservación de las aves de Messel, pudimos identificar dos tipos diferentes de polen, que es la primera prueba concluyente de nectarívoro».

Los científicos hallaron un gran número de granos de polen de diferentes tamaños en el contenido estomacal de fósiles aviares conservado en su totalidad. «Junto con la anatomía del esqueleto del ave, esto indica que, de hecho, tenemos el fósil de un ave nectarívoro», subraya Wilde.

El descubrimiento sugiere también otra conclusión: si un pájaro polinizador vivió hace tanto sólo 47 millones de años, se puede suponer que algunos miembros de la flora en esa época ya se habían adaptado a este medio de polinización. «Hasta la fecha, no hay plantas fósiles de esta época geológica que ofrecen la prueba de la existencia de ornitofilia, es decir, la polinización de las flores a través de las aves», añade Wilde.

«Sin embargo, los rasgos característicos de las plantas de aves de polinización, como flores rojas o falta de olor, no se fosilizan», matiza Mayr. Esto da una mayor importancia a descubrimientos como el del ave de Messel para entender las interacciones entre las aves y las flores a través del tiempo geológico.

Paco Gil
admin@pacogil.me | Web | + posts

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *