Las consecuencias del diseño de una misión como Solar Orbiter, en la que, de forma inédita, se combinan diez instrumentos —seis de sondeo remoto y cuatro de medida local— a bordo de una nave que se aproxima al Sol tanto como el planeta Mercurio (0,3 unidades astronómicas) se producen regularmente y hoy conocemos uno los resultados más espectaculares. Se trata de la identificación directa mediante el instrumento Metis, con ayuda del instrumento EUI, de uno de los fenómenos que han suscitado un gran interés reciente sobre la corona solar y los orígenes del viento solar.
Aunque los “latigazos magnéticos”, o estructuras en forma de S en las líneas de campo magnético coronal, fueron identificados en los años 70 con los satélites germano-americanos Helios 1 y 2 y, posteriormente, en los 90, con la sonda Ulysses de la ESA y la NASA, la aproximación formidable de la nave Parker Solar Probe, de NASA, en 2018, a distancias de nuestra estrella antes inalcanzadas, ha mostrado que la aparición de esas estructuras en forma de S es más común de lo esperado. Se las ha dado en llamar “latigazos magnéticos” porque su morfología (tan solo predicha teóricamente) las hacía semejar a látigos en acción. Sin embargo, nadie las había observado directamente. Solo eran modelos matemáticos cabales de las observaciones indirectas de los instrumentos a bordo de Parker Solar Probe.
El profesor Gary Zank, de la Universidad de Alabama en Huntsville (Estados Unidos), explicó que los latigazos podrían producirse por el encuentro repentino de líneas cerradas de campo magnético con líneas abiertas en la corona por encima de una región activa. Las líneas cerradas corresponden a campos magnéticos cuyo origen y destino residen en la estrella, mientras que las abiertas comienzan en el Sol y se extienden hacia la heliosfera para integrarse en el campo magnético interplanetario.
El viento solar, un continuo flujo de partículas de origen solar, se ve obligado a moverse a lo largo de las líneas de campo magnético. Las cerradas no dejan escapar las partículas y el viento en ellas se conoce como viento solar lento. El viento a lo largo de las abiertas es rápido porque las partículas han debido sufrir algún tipo de aceleración. El encuentro de ambos tipos de líneas supone la liberación inmediata de energía porque es necesario realizar un trabajo para unirlas y los modelos predicen que esa forma de S se propaga hacia el exterior del Sol: el latigazo. La energía liberada bien podría suministrar la aceleración de las partículas del viento solar rápido.
El Dr. Daniele Telloni, del Instituto Nacional de Astrofísica italiano y el Observatorio Astrofísico de Turín, ha anunciado en nombre del equipo del coronógrafo Metis que ha descubierto pruebas observacionales directas de uno de esos latigazos. Un coronógrafo es un instrumento que oculta el disco solar brillante para poner de manifiesto y estudiar la tenue luz proveniente de la capa más externa de la atmósfera solar. Solo mediante la ocultación del disco somos capaces de distinguir las estructuras coronales en las que el equipo de Metis, con ayuda de observaciones del imaginador ultravioleta extremo EUI, y la colaboración del propio Zank, han encontrado pruebas morfológicas coincidentes con los modelos de este último. Los resultados se publican en la prestigiosa revista The Astrophysical Journal Letters y constituyen una significativa contribución de la misión Solar Orbiter.
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